Por Camila García
Esta madrugada en el boliche Beara, ubicado en Scalabrini Ortiz 1638, se derrumbó un entrepiso culminando con un saldo de dos muertos y 20 heridos. A un mes de la tragedia del gimnasio parecería ser que los controles no se encuentran funcionando en forma correcta. Desde el gobierno porteño dijeron que el local había tenido durante este año 9 inspecciones y que todas ellas habían sido aprobadas, lo cierto es que varios testigos y trabajadores del lugar aseguraron que los encargados del local pidieron que no se redistribuyeran los muebles para evitar un posible hundimiento del suelo.
Ya los derrumbes parecen ser moneda corriente en la Ciudad de Buenos Aires, ante esta realidad ¿Qué es lo que está funcionando mal? ¿Por qué lo que podría prevenirse se vuelve algo inevitable? Veamos cómo se desarrollaron los hechos. Durante la madrugada de ayer, en Beara se hizo presente el grupo musical Ráfaga en una supuesta fiesta privada de más de 300 personas, luego de que terminaron el show, la mitad de la gente se retiró del lugar quedando unas 150 personas, la mayoría concentradas en el entrepiso. Alrededor de las cuatro de la mañana se produjo un derrumbe que provocó la muerte de dos chicas: Ariana Lizarraga, de 21 años, y Leticia Provedo, de 20.
Luego de los hechos, las explicaciones contradictorias no cesaron de aparecer. El primero que se hizo presente en el lugar de los hechos fue el secretario general del gobierno porteño, Marcos Peña, quién dijo que el lugar estaba habilitado como bar y que en el momento del derrumbe estaba siendo usado para una fiesta privada. ¿Cómo puede ser que un lugar habilitado como bar pueda ser utilizado para una fiesta privada de más de 300 personas en donde, según testigos, se cobraba la entrada?, el hecho de que el lugar sea un bar o un local de fiestas privadas debe tener una razón de ser, si se cobra entrada lo privado pasa a ser público. Lo más curioso de la situación es que lo que dijo Peña esta rectificado por la Agencia de control porteña quien en un comunicado de prensa dice: “La actividad de las casas de fiestas privadas se caracteriza por efectuarse por lista de invitados. Si esto no ocurre y se convoca gente y se venden entradas en la puerta (…), se comete una infracción”. De acuerdo a estas palabras será materia de investigación cuál era el carácter de la fiesta que se estaba dando. ¿Privada o Pública? Quizás sobre este eje gire una de las aristas de la investigación.
Luego en el comunicado se alude a que el local fue sometido a 9 inspecciones y que la última fue el pasado 5 de septiembre, y que además nunca se habían registrado irregularidades en los controles realizados, tal era la perfección del boliche que figuraba en el sitio de la Ciudad de Buenos Aires www.salirseguro.gob.ar. ¿En estas inspecciones nunca se controló la capacidad del entrepiso? Con respecto a esto el comunicado alega: “El entrepiso está habilitado. Para habilitarlo, se exige un Certificado de Sobrecarga firmado por un profesional matriculado, que se cumplió. El local fue verificado antes de obtener la habilitación por un profesional verificador de habilitaciones.” El personal era tan calificado y tan profesional que el entrepiso se derrumbó ante el sobrepeso que infringieron los invitados sobre su estructura. El principal argumento que arrojan las autoridades es que según testigos, el entrepiso estaba sobrecargado con muchas personas saltando, sin embargo en los cálculos del personal cualificado esto ¿puede preverse?
“Hasta el momento no hemos encontrado fallas, pero vamos a investigar. El lugar estaba bien habilitado, fue inspeccionado 9 veces. Los primeros datos muestran que lo que hubo fue un mal uso de las instalaciones pero desde el control del estado no hubo ninguna falla” fueron las palabras de Rodríguez Larreta y un cúmulo de funcionarios especializados. Ahora ¿Qué significa un mal uso de las instalaciones? Según el Gobierno porteño significa que desde el control se previó todo lo que podía prevenirse, que las habilitaciones fueron otorgadas, que los profesionales actuaron correctamente, pero que la casualidad, la fatalidad y los errores humanos que por supuesto no son los de ellos, son cuestiones que son inevitables.
Hace un mes se cayó un gimnasio, se derrumbó, murieron personas y hoy a un mes la fatalidad volvió a operar. ¿Es mala suerte? ¿Es mala gestión? Las acciones de gobierno para Macri y sus voceros siempre son las correctas, sin embargo, la disminución del riesgo para que sucedan estas cosas se resume en una palabra: IMPREVISTOS o Fatalidades. Mientras tanto la gente sigue muriendo aplastada por pura mala suerte.
Excelente descripción de una realidad que nos toca vivir, casi a diario, mientras tanto macri sigue construyendo torres en nuestros barrios dela mano de su socio caputo obras sin control y que provocan rajaduras y roturas en casa vecinas
ResponderEliminarla nota nos muestra el estado deplorable y carente de controles en el cual se encuentra la Ciudad de Buenos Aires, y el peligro que corremos quienes la transitamos y la vivimos diariamente. Que dirá ahora el Jefe de Gobierno?.Que lo siguen persiguiendo?, que lo acosan?, que no lo dejan veranear tranquilo con su peor es nada?, mientras el se vicitimiza y ve como las consecuencias de una gestión nefasta empiezan a producirse todos los días, los vecinos de esta Ciudad se mueren, SERA ESTO PURA MALA SUERTE?.
ResponderEliminarChe por que no se dejan de molestar al pobre Mauricio con pavadas, el pibe está con su nueva novia Awada ( o Wanda, no me acuerdo)trabajando en Málaga, y no tiene porque andar preocupándose por boludeces!!!!!
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